La guerra de chips se recrudece: EEUU quiere privar a China de los modelos para entrenar IA

Estados Unidos está planteando nuevas restricciones a China en la industria de chips. Aunque la administración ya ha bloqueado al país asiático con distintas medidas, ahora quiere ampliar la lista de limitaciones comerciales. En concreto, el Departamento de Comercio quiere privar a su rival de los semiconductores para inteligencia artificial (IA), según una exclusiva de The Wall Street Journal.

Hasta la fecha, son muchas las medidas que EEUU ha puesto en marcha para lastrar la competencia china. En octubre se decidió que las firmas nacionales que quisieran exportar allí deberían obtener una autorización. De esta forma, la administración prohibía los envíos de chips más punteros, pero permitía comercializar varios modelos, sin requerir de un permiso. Sin embargo, el último planteamiento es extender esa restricción a más procesadores, a los destinados a entrenar modelos de IA.

Por ejemplo, los que fabrica Nvidia. La firma se había adaptado ya al veto estadounidense y comercializaba un chip que pudiera pasar las limitaciones administrativas y llegar a China, el A800. Este venía a sustituir el A100, para el cual la compañía sí necesitaba autorización de exportación. Pero, según la exclusiva, EEUU empezará a controlar también el comercio con el A800, entre otros, a partir del próximo mes. 

Nvidia y AMD son dos de los fabricantes estadounidenses líderes en los chips para entrenar modelos de IA. De hecho, el 22% de los ingresos de la primera proceden de China, según sus últimos resultados trimestrales. Por tanto, el nuevo veto no solo afectará a Pekín, sino al negocio de ambos lados. Nvidia cae un 3% en premarket y AMD baja un 2,6%.

Por otra parte, Washington también plantea restringir los servicios de nube a empresas chinas de IA. Según The Wall Street Journal, el sector está intentado disuadir a Comercio sobre las nuevas medidas e intenta moderar el alcance de las prohibiciones. En todo caso, aunque se desconoce la fecha, se plantea que las restricciones salgan a la luz después de la visita de Janet Yellen, secretaria del Tesoro, al país, a principios de julio.

Además, EEUU ya impuso el año pasado otros controles. Por ejemplo, limita la comercialización de los equipos para fabricar procesadores, de forma que deja a China sin cierta maquinaria, y prohíbe a las empresas nacionales ampliar la producción que ya tienen en ese país (además de en Rusia) para fabricar chips por debajo de los 28 nanómetros. A todo ello también habría que sumar los vetos particulares, como la posibilidad de hacer negocios con empresas que estén en la lista negra (Entity List).

China vs. el mundo

Estados Unidos está intentando reforzar su industria, entre otras cuestiones, capando la de China. Lo que tiene el país asiático de ventaja son las empresas líderes en patentes para fabricar procesadores, Tencent y Baidu, que superan a IBM, Alphabet o Microsoft. Pero, de cortarse el acceso a los chips de última generación, parte de las patentes no podrían desarrollarse.

En todo caso, Washington no es el único país en guerra de semiconductores contra China. En este engranaje tiene un papel clave la firma holandesa ASML. Tiene una máquina de luz ultravioleta extrema que es esencial en el proceso de fabricación y, hace tres meses, Holanda amplió los controles de exportación, lo que repercute directamente a China.

ASML es la tercera empresa de mayor capitalización en Europa y toda la industria depende de ella para fabricar procesadores, ya que tiene la patente de la máquina en cuestión. Paralelamente a la decisión de Holanda, Japón también amplió las restricciones de comercio de chips con China, extendiendo el listado de equipos de fabricación que no se pueden enviar al adversario.

Los esfuerzos conjuntos de estos países intentan poner un freno a la capacidad de fabricación del país asiático, de forma que cada vez le resulte más complicado tener acceso a la cadena de suministro de chips. De confirmarse el último veto estadounidense, se lastraría la capacidad de China para acceder a semiconductores que entrenan modelos IA, la última batalla en esta guerra comercial.

Fuente: El Economista